¿Qué distribución usar?
Linux no suele venir distribuido por empresas, como sucede con MacOS o Windows. En su lugar, existen muchos proyectos que facilitan la instalación y configuración tanto de Linux y el resto del sistema operativo, como de un buen puñado de programas con el que comenzar. Estos proyectos son lo que conocemos como Distribuciones.
Las características de cada distribución dependen de las razones para iniciar el proyecto. Linux Mint es una respuesta de un grupo de personas usuarias de Ubuntu a la apuesta del proyecto Ubuntu por su propio escritorio llamado Unity. CentOS es, o más bien era, una distribución para proporcionar Rhel (Red Hat Linux Enterprise) de forma gratuita para su uso en todo tipo de empresa u organización que no pudiera pagar el soporte de Red Hat.
Y es que sí, aunque he dicho que Linux no suele venir distribuido por empresas, en ocasiones sí lo es. Tanto la americana Red Hat como la alemana SUSE distribuyen sus propias versiones de Linux, aunque se centran más en las versiones orientadas a servidores para ofrecer servicios típicos de servidores. Ubuntu hace algo parecido, aunque sí tiene más implicación con los sistemas de escritorios.
Cuando un proyecto crea una versión de una distribución prácticamente solo puede probarla en los equipos de los que dispone. Aunque los grandes fabricantes suelen colaborar (a veces mejor y a veces peor) con el desarrollo del núcleo, de Linux, lo cierto es que para conseguir que una distribución concreta pueda usar una combinación de hardware determinada dependerá de las pruebas que puedan hacer con esa combinación. Muchas personas informan a la comunidad de su distribución de los resultados en su hardware, ya sea en los periodos de prueba (publicaciones de versiones Alpha, Beta...), como dando seguimiento de errores o aportando su información a alguna base de datos de hardware soportado.
Todo esto explica que la mayor parte de la opinión que tiene cualquier persona de una distribución determinada sea el resultado del éxito de esa distribución con el hardware de ese equipo.
Allá por 2007 compré un PC en una tienda. Me proporcionaron un CD de Ubuntu, puede que la 6.10 Edgy Eft, así que monté el equipo y me dispuse a instalar. No fui capaz ni de arrancar la instalación. Por lo que sea, no era capaz de usar mi tarjeta gráfica, una ATI Radeon.
No me desanimé. Justo al lado de la tienda había un quisco, y una revista traía un DVD con una distribución Linux: Mandriva. Conocía Mandrake de haberlo usado en mis primeros tiempos, y la verdad no pintaba mal. Compré la revista, puse el DVD en el lector, y a instalar. Y todo bien, tenía una buena aplicación de configuración, una buena selección de software en el propio DVD... Pero como soy un poco friki me puse a husmear la configuración del hardware. Vi que mi placa no era adecuada para mi procesador y mi memoria, así que le pedí a la tienda que me la reemplazase, al fin y al cabo me habían asesorado allí. Y me la cambiaron por una mucho mejor, después de aflojar unos cuantos euros.
Así que llegas, cambias la placa... y no arranca. La versión del núcleo que traía el DVD no incluia soporte para un componente de esa placa. Y bueno, me pareció pasarse ir a la tienda para que me la volviese a cambiar. Así que pedí a alguien un CD con Windows XP, y lo instalé con la configuración mínima para conectarse a internet y grabar un CD. Instalar XP no era más fácil que Linux, hay que instalar todos los drivers manualmente y el soporte de muchas cosas era el que era. Pero fue lo justo para ir a la web y buscar...
Había usado Debian durante años pero había cosas que no me gustaban. Ubuntu nada, Mandriva menos... conocía algo de SUSE y poco antes había sido adquirida por Novell, que entre otras cosas puso en marcha el proyecto openSUSE (que incluía una distribución homónima). Así que pude descargar una versión más pequeña, de 100 MB o menos, lo justo para hacer una instalación directamente desde internet. Apunté cuidadosamente la dirección de internet de donde tenía que hacer la instalación, grabé el DVD y reinicié.
openSUSE 10.2, que era la versión que instalé, se instaló con una sencillez pasmosa para una instalación en red. El extinto SaX2 tuvo éxito donde Ubuntu había fallado y configuré el sistema gráfico de forma fácil. También el soporte wifi fue sencillo, así que me vi con mi equipo correctamente configurado y funcionando. Hasta hoy.
Eso no quiere decir que otra persona no tenga una experiencia mejor con Linux Mint, Arch o Ubuntu: solamente explica que si me preguntas a mí, diré que openSUSE es (era) la distribución perfecta. Pero es posible que otra persona instale openSUSE y falle cualquier cosa. Eso no hace que una distribución sea mejor o peor: solo da información de los equipos en los que han sido más o menos probadas.
Y también en parte es por lo que yo recomiendo empezar con las distribuciones con proyectos más grandes: Debian o Ubuntu, openSUSE y Fedora. Tiene sentido, pero tampoco es una regla grabada a fuego, porque además hay otra: usa algo que use alguien que conozcas, o al menos que tengas a quien preguntar.
Elige una o varias, no le des más importancia. Instala una, y si no te funciona a la primera, prueba otra, similar o diferente por completo. No te compliques.
Nota:
Antes he dicho que "openSUSE era la distribución perfecta". Bien, hace tiempo que openSUSE ha dejado de ser una distribución de un sistema Linux. Ahora es una distribución de varios sistemas operativos basados en Linux. Tienes openSUSE Leap, que es un sistema operativo basado en SLE (SUSE Linux Enterprise), openSUSE Tumbleweed (una versión rolling release al estilo de Arch), openSUSE Slowroll, una versión más pausada de Tumbleweed, openSUSE MicroOS (una versión inmutable de Tumbleweed), openSUSE Aeon (una versión de MicroOS con escritorio GNOME), openSUSE Kalpa (una versión de MicroOS con escritorio Plasma), y openSUSE Leap Micro (una versión inmutable de Leap). Actualmente uso Slowroll.